[su_pullquote align=»right»]Por Pierre-AndrĂ© Buigues y Denis Lacoste[/su_pullquote]

Durante los años 2000, las exportaciones de los fabricantes franceses de vehĂ­culos no cesaron de disminuir. A principios del segundo milenio, PSA exportaba el 54 % de la producciĂ³n llevada a cabo en Francia, mientras que Renault alcanzaba el 47 %.

Diez años mĂ¡s tarde, este porcentaje sufriĂ³ una caĂ­da de mĂ¡s de 20 puntos en lo que respecta a PSA y, en el caso de Renault, el descenso es todavĂ­a mĂ¡s crĂ­tico, ya que este fabricante ahora importa vehĂ­culos a Francia. Hoy en dĂ­a, ¡Renault produce menos vehĂ­culos en Francia de los que matricula! En consecuencia, la balanza comercial francesa en el sector automovilĂ­stico registrĂ³, en gran medida, pĂ©rdidas. De hecho, el Ăºltimo superĂ¡vit fecha de 2004.

¿Significa esto que los fabricantes franceses son ahora menos internacionales?

No. De hecho, los constructores del paĂ­s galo han puesto en marcha un gran movimiento en pro de fĂ¡bricas de montaje en el extranjero. A inicios de los años 2000, la producciĂ³n de ambos fabricantes fuera del paĂ­s representaba aproximadamente el 70 % de la producciĂ³n nacional. En 2010, la relaciĂ³n entre la producciĂ³n extranjera y la producciĂ³n interna se aproximaba al 170 % para PSA y cerca del 300 % para Renault.

Cabe pensar que esta evoluciĂ³n guarda relaciĂ³n con las condiciones macroeconĂ³micas y monetarias de la zona euro. Ahora bien, las tendencias observadas en las estrategias llevadas a cabo por los fabricantes automovilĂ­sticos germanos demuestran que no es asĂ­. En el perĂ­odo 2000-2010 puede observarse que la intensidad exportadora de Volkswagen se mantuvo estable y que la de Mercedes y BMW incluso aumentĂ³.

¿CĂ³mo podemos explicar la sustituciĂ³n de la deslocalizaciĂ³n en las exportaciones?

Los especialistas de la estrategia coinciden en que optar por la internacionalizaciĂ³n estĂ¡ relacionado con dos elementos principales: por una parte, las ventajas competitivas de las marcas y, por la otra, las condiciones econĂ³micas de la producciĂ³n en el paĂ­s de origen.

Las ventajas competitivas de los fabricantes franceses. EsquemĂ¡ticamente, las empresas industriales pueden elegir entre las estrategias de bajo coste o las estrategias de diferenciaciĂ³n destinadas a la innovaciĂ³n tecnolĂ³gica. Una estrategia centrada en el bajo coste lleva a las empresas a trasladar una parte importante de la producciĂ³n hacia paĂ­ses mĂ¡s baratos. En cambio, una estrategia de diferenciaciĂ³n es sinĂ³nimo de mayor tendencia a exportar, ya que la ventaja competitiva se basa en el I+D y, por lo tanto, en las competencias disponibles en los paĂ­ses desarrollados. Las primeras buscan en el extranjero mano de obra mĂ¡s barata. Las segundas, sin embargo, se verĂ¡n menos afectadas por unos costes de producciĂ³n mĂ¡s altos vinculados a la producciĂ³n interna y que les permite aprovechar los efectos positivos inherentes a la interacciĂ³n entre la producciĂ³n y el I+D.

En el caso del sector automovilĂ­stico, las diferencias en materia de estrategias de innovaciĂ³n son significativas en las empresas francesas, que favorecen las plantas de fabricaciĂ³n en el extranjero, mientras que sus homĂ³logos germanos mantienen un alto nivel de exportaciĂ³n. Ya en la dĂ©cada 2000, Volkswagen invertĂ­a dos veces mĂ¡s en investigaciĂ³n que Renault o PSA; y tres veces mĂ¡s en 2010. Si observamos el I+D en cada vehĂ­culo vendido, cabe señalar que es de suma importancia en fabricantes de alta gama como Mercedes y BMW (mĂ¡s de 2 000 € por vehĂ­culo). Pero tambiĂ©n en los fabricantes generalistas, un sector en que no todos invierten por igualo. AsĂ­, en un Volkswagen, el contenido en I+D es un 20 % superior al de un Renault y un 45 % al que podemos encontrar en un vehĂ­culo PSA. Como hemos dicho, la diferencia se acentuĂ³ en la dĂ©cada 2000: el progreso del gasto en I+D por vehĂ­culo de fabricaciĂ³n alemana era muy superior a la francesa.

Las condiciones econĂ³micas francesas. El entorno mĂ¡s o menos favorable de las empresas en sus paĂ­ses de origen, especialmente en tĂ©rminos de coste, tambiĂ©n repercute sobre sus elecciones de internacionalizaciĂ³n. ¿QuĂ© ocurre con los automĂ³viles franceses y en quĂ© se diferencia el entorno francĂ©s del alemĂ¡n? Visto desde un punto de vista generalista, para conjunto de la industria en la dĂ©cada 2000 el coste por hora de trabajo aumentĂ³ un 38 % en Francia, frente al 17 % en Alemania. Si profundizamos en el sector del automĂ³vil, y a pesar de que en 2000 se aprecia una productividad por empleado mĂ¡s dĂ©bil en Alemania que en Francia, en general a lo largo de este perĂ­odo la productividad bajĂ³ en Francia y subiĂ³ en Alemania. De hecho, en 2008 la productividad de los empleados era un 25 % mayor en la industria automovilĂ­stica alemana que en la francesa, lo que refleja las insuficientes inversiones de los fabricantes franceses en Francia, que han dado prioridad a las fĂ¡bricas en el extranjero.

En consecuencia, si bien cabe lamentar las consecuencias muy negativas en cuanto al empleo y a la creaciĂ³n de riqueza en el territorio galo, los fabricantes franceses de automĂ³viles adoptaron decisiones estratĂ©gicas coherentes en materia de internacionalizaciĂ³n, habida cuenta su bajo gasto en I+D, su posicionamiento en coches de media y baja gama y la evoluciĂ³n desfavorable de las condiciones de producciĂ³n interna en cuanto a costes. A pesar de ello, no resulta sorprendente observar que los mĂ¡rgenes de los fabricantes franceses estĂ¡n por debajo de los de Alemania. Por ejemplo, en el perĂ­odo 2000-2010, el margen operativo por vehĂ­culo era de 635 euros para VW y aproximadamente de 250 para Renault y PSA.

¿PodrĂ­a ser el sector automovilĂ­stico un caso especĂ­fico en Francia?

Lamentablemente, tanto para el comercio internacional francĂ©s como para el empleo, el sector del automĂ³vil no es un caso aislado. Francia cuenta de hecho con muchas menos empresas exportadoras que Alemania, y el peso de las exportaciones en el PIB es casi dos veces inferior. En cambio, Francia tiene mĂ¡s multinacionales que Alemania (por ejemplo, 14 empresas francesas frente a 10 alemanas se sitĂºan entre las 100 primeras a escala mundial), y dichas empresas francesas poseen mĂ¡s personal en el extranjero que sus homĂ³logas alemanas.

En consecuencia, Francia solo podrĂ­a convertirse en regiĂ³n exportadora si existe un cambio radical en el posicionamiento estratĂ©gico de las empresas situadas en el paĂ­s galo y una mejora en las condiciones de producciĂ³n.

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Por P.A. Buigues y D. Lacoste. Los datos de este texto proceden de los artĂ­culos: «Les dĂ©terminants des stratĂ©gies internationales des constructeurs automobiles europĂ©ens: exportation ou investissements directs Ă  l’étranger», publicado en 2015 en la revista GĂ©rer et Comprendre, escrito junto con M. Saias M, y «Les StratĂ©gies d’internationalisation des entreprises françaises et allemandes : deux modèles d’entrĂ©e opposĂ©s» escrito por los autores y que aparecerĂ¡ en GĂ©rer et Comprendre en 2016, asĂ­ como la obra escrita por los autores «StratĂ©gies d’Internationalisation des entreprise», publicada en 2011 por la editorial De Boeck.

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[su_spoiler title=»MetodologĂ­a»]La base de datos se alimenta principalmente a partir de informaciĂ³n publicada por los fabricantes en sus informes anuales, de los datos aportados por el ComitĂ© de Constructores Franceses de AutomĂ³viles (CCFA), por la OrganizaciĂ³n Internacional de Constructores de AutomĂ³viles (OICA) y por Eurostat. Los datos sobre los modos de internacionalizaciĂ³n, las estrategias y las condiciones econĂ³micas han sido analizados para el perĂ­odo 2000-2010. [/su_spoiler]

[su_spoiler title=»Aplicaciones prĂ¡cticas»]Este trabajo muestra que la elecciĂ³n de las empresas para internacionalizarse no puede realizarse sin analizar otros aspectos estratĂ©gicos (en particular en lo que respecta al posicionamiento) y de las condiciones econĂ³micas del territorio de origen. Asimismo, esta investigaciĂ³n tambiĂ©n sugiere que las inversiones en el extranjero no tienen por quĂ© ser «el no va mĂ¡s» de la internacionalizaciĂ³n. El caso de la industria automovilĂ­stica indica que es posible, incluso en una industria globalizada, mantener una importante parte de la producciĂ³n en territorio nacional y ser competitivos. [/su_spoiler]