Que la innovación es uno de los factores clave en el crecimiento económico no es nada nuevo. Sin embargo, los países europeos continúan enfrentándose a importantes retos para estimular la innovación en su economía y mantener su ventaja competitiva.

En un estudio sobre los factores que desincentivan la innovación en las empresas europeas, encontramos que las mayores barreras a la innovación eran de carácter financiero o relacionadas con el mercado, y no tecnológicas. Restricciones financieras, falta de personal competente y una percepción de que la innovación no tiene sentido son algunos de los principales culpables de este retraso en la innovación. Sorprendentemente, muy pocas empresas mencionaron barreras tecnológicas, y se han observado resultados similares en otras partes del mundo.

La perfecta combinación de competencias

Si analizamos detenidamente esta problemática, observamos que muchos de los obstáculos se remontan a la falta de directivos con las competencias relevantes. Varios estudios sobre innovación señalan que su éxito requiere una combinación eficaz de diferentes especializaciones, tanto técnicas como comerciales. Sin embargo, son pocos los managers que poseen estos dos atributos. Y la falta de directivos polivalentes puede dar pie a puntos de vista conflictivos entre los managers técnicos y los managers comerciales. Esto puede llevar a una falta de comunicación y cooperación, dificultando así el proceso de innovación.

Se añade a esto la prevalencia de una cultura de innovación technology push, en la que los procesos de innovación son liderados por la I+D en nuevas tecnologías pero que carecen de un conocimiento profundo del mercado. Esta situación no solo refuerza las barreras del mercado a la innovación sino que también conlleva restricciones financieras. Se invierten una gran cantidad de recursos y se prolonga la fase I+D, difuminando la distinción entre inventar algo, innovar y lograr éxito en la innovación.

El impacto de las ayudas gubernamentales

En Europa, las autoridades públicas están tan involucradas con el progreso tecnológico que dejan poco espacio para la experiencia comercial en los procesos de innovación. Se priorizan las innovaciones y las tecnologías discontinuas, que a menudo no están en sintonía con las dinámicas del mercado y son muy costosas. Frecuentemente, los programas de financiación pública empujan a las empresas a desarrollar proyectos que no siempre resultan ser económicamente viables. Por eso las empresas tienden a orientar sus estrategias en avances tecnológicos en detrimento de los objetivos del mercado, esenciales para esperar un retorno de las inversiones.

Factores contextuales

Desglosando los obstáculos por industria, la aeroespacial se enfrenta a los mayores obstáculos, seguida de las industrias de manufactura y servicios. Esto es de esperar, ya que las empresas aeroespaciales tienden a ser más innovadoras, se enfrentan a mayores costes de producción y dependen mucho de la inversión pública. En cambio, las compañías de la industria de los servicios sufren menos obstáculos. El desarrollo de productos revolucionarios es poco frecuente en la industria de los servicios, en la que la inmaterialidad de los productos da pie a imitaciones fáciles por parte de las compañías rivales. Las compañías orientadas a los servicios tienden así a adoptar estrategias de mercado con un foco en innovaciones continuadas, potenciando o mejorando la oferta de servicios de forma marginal, y a un coste mucho más bajo.

Superando las barreras a la innovación

Como punto de partida, las empresas deberían incluir una investigación de mercado en sus procesos de innovación. Pero es más fácil decirlo que hacerlo, ya que los managers técnicos primero deberían dejar de lado la idea de que si no sabes cómo hacer un producto no sabrás como venderlo. Los managers técnicos necesitan reconocer la importancia de trasladar la perspectiva de mercado al proceso de innovación. Lo ideal sería que las compañías dieran un paso más y crearan una unidad de inteligencia empresarial para dar información sobre el mercado, para trabajar codo con codo y complementar el trabajo del equipo tecnológico. El peso dado a las competencias comerciales en el proceso de innovación variaría acorde con las características de la actividad del sector.

Un cambio fundamental tendrá también que darse por parte de las autoridades públicas, que necesitan redireccionar su financiación para ofrecer ayuda a innovaciones con éxito en lugar de a la realización de invenciones. Facilitarían así que las empresas se centren en la innovación continua.

La innovación es un medio muy poderoso para garantizar la supervivencia a largo plazo. Sin innovación es muy difícil adaptarse a un entorno en constante evolución. Aunque el fracaso de nuevos productos es alto, la innovación sin fracaso es inconcebible. En resumen, las innovaciones con éxito requieren no solo un cambio en la mentalidad y en la cultura de la innovación de las empresas, sino también cambios en el marco público institucional para favorecer la innovación continua.

Víctor Dos Santos Paulino, profesor de estrategia y gestión de la innovación de TBS Education


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