Stratum, una startup que cogió forma tras su paso por TBS Education

Cada verano las paredes de TBS Education en Barcelona son testigo de tres semanas frenéticas de clases teóricas y talleres prácticos. La Summer School abre sus puertas para que estudiantes universitarios puedan mejorar su formación en el campo de los negocios. Jack Minchin, estudiante británico de Business Management & Economics en la Universidad de Nottingham Trent, es uno de estos alumnos que decidió aprovechar las semanas de inactividad de verano en la escuela.

 

Jack Minchin, creador de Stratum 

«TBS Education en Barcelona fue la mejor de las experiencias, una de las mejores ciudades. Fue realmente increíble conocer a los delegados de todo el mundo y el programa de tres semanas me ha dejado un recuerdo imborrable», afirma Jack. Decidió viajar hasta la capital catalana para “explorarla por un período de tiempo más largo” y porque encontró el contenido académico “interesante”. 

Poco tiempo después, Jack daría forma a una startup que va viento en popa. Su nombre es Stratum y consiste en “un club de socios digitales que conecta a nuestros socios con experiencias de lujo”, tal y como explica su creador. “Stratum es un servicio diseñado para aliviar el proceso de elección, mediante el cuidado de las mejores experiencias en todo el mundo y, utilizando un motor de inferencia de comportamiento, hacer recomendaciones personalizadas para nuestros miembros”.

 

Jason Moore y Jas Nijjer

A pesar de que el proyecto se desarrolló en Barcelona, la idea original se remonta a febrero del año pasado. “Y luego evolucionó en nuestro actual modelo de negocio en agosto”, expone Jack. Un modelo que ha sufrido muchos cambios y que es totalmente irreconocible en comparación al diseño inicial. Hoy en día Stratum también cuenta con el trabajo de Jason Moore, Director de Asociaciones, y Jas Nijjer, Director de Tecnología.

Para Jack Minchin, su paso por la Summer School fue “esencial” para el desarrollo de su startup y le ayudó a definir la idea de negocio. “No tengas miedo de admitir que tus primeras ideas no son buenas, solo tienes que seguir trabajando hasta encontrar una solución factible”, reconoce. Además, el curso le permitió detectar las necesidades de su público potencial: “puedes pensar que tienes la mejor idea, pero no importa. A menos que estés resolviendo los puntos débiles de los clientes, nadie va a suscribirse a tu servicio o comprar tu producto”.

 

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